Tráileres de doble remolque generan dudas y temores en España

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La reciente autorización para que los tráileres de doble remolque circulen por todo el territorio de España ha generado un…

La reciente autorización para que los tráileres de doble remolque circulen por todo el territorio de España ha generado un debate acalorado en la industria del transporte. Estos vehículos pueden alcanzar hasta 32 metros de longitud y transportar hasta unas 72 toneladas de carga, casi el doble que los camiones convencionales.

Desde su aprobación en abril, los duotrilers, como se llaman en España, han comenzado a circular por las carreteras, aunque su uso aún es minoritario. Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), en 2023 se concedieron 977 permisos de circulación para estos vehículos. Sin embargo, las asociaciones de transporte logístico apoyan su extensión, argumentando que ayudarán a paliar la escasez de conductores y mejorarán la competitividad económica y medioambiental del sector.

La Asociación del Transporte Internacional por Carretera (ASTIC) y la Organización Empresarial de Logística y Transporte de España (UNO) celebraron la inclusión de estos vehículos en los Sistemas Modulares Europeos, destacando su potencial para reducir emisiones contaminantes y mejorar la flexibilidad en el transporte de carga por carretera.

Sin embargo, no todos están de acuerdo con esta perspectiva optimista. Algunos camioneros autónomos temen que los duotrailers favorezcan a las grandes empresas y reduzcan las oportunidades para los transportistas independientes. Además, señalan que la circulación de estos vehículos más largos podría complicar el tráfico y dificultar los adelantamientos.

Pero quizás la mayor preocupación proviene del sector ferroviario. Los defensores del tren temen que la proliferación de los doble remolque frene el desarrollo del transporte ferroviario de mercancías, lo cual va en contra de los objetivos de la Unión Europea para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Según la Unión Internacional de Ferrocarriles, el uso generalizado de los megacamiones podría aumentar las emisiones y deteriorar las infraestructuras carreteras.

En este sentido, Juan Diego Pedrero, presidente de la Asociación Española de Empresas Ferroviarias Privadas, advierte que el aumento del tráfico de megacamiones podría significar un deterioro significativo de las autopistas y autovías, con un impacto económico considerable en el mantenimiento de las infraestructuras.

Ventajas y desventajas

Los camiones de doble remolque tienen ventajas y desventajas que vale la pena considerar. Entre las ventajas se encuentran una mayor capacidad de carga, ya que pueden transportar más mercancía que los camiones convencionales y esto puede aumentar la eficiencia del transporte de mercancías.

Hay un menor consumo de combustible por tonelada transportada. Aunque son más largos, los duotrailers pueden ser más eficientes en términos de consumo de combustible por tonelada transportada, ya que distribuyen el peso de la carga en dos remolques.

También se reducen las emisiones por tonelada transportada, ya que pueden llevar más carga con un solo vehículo, se reduce la cantidad de camiones en la carretera, lo que puede contribuir a una menor emisión de gases de efecto invernadero.

Y también hay menos congestión vial, ya que al reducir el número de camiones necesarios para transportar la misma cantidad de carga, se alivia la congestión en las carreteras.

Entre las desventajas se encuentran que hay una mayor longitud y maniobrabilidad. Los duotrailers son más largos y requieren más espacio para maniobrar. Esto puede ser problemático en áreas urbanas o carreteras estrechas.

Hay mayor riesgo de accidentes, ya que la longitud adicional puede dificultar adelantamientos y maniobras en carreteras con curvas pronunciadas. Además, la combinación de dos remolques puede aumentar el riesgo de vuelco o deslizamiento.

También hay mayores costos de infraestructura, pues se necesita ampliar carriles y modificar intersecciones. Esto implica costos adicionales para el gobierno y las empresas.

Además hay un rechazo social y resistencia, pues algunas personas se oponen a la presencia de vehículos tan grandes en las carreteras debido a preocupaciones sobre la seguridad y la congestión.